jueves, 19 de agosto de 2010

PROTEÍNAS: DEFINICIÓN Y FUNCIONES

Las proteínas son macromoléculas esenciales en la química de la vida. Son componentes estructurales de las células y tejidos, de modo que el crecimiento, la restauración y el mantenimiento del organismo dependen del abastecimiento adecuado de estas sustancias. Por su parte, algunas proteínas actúan como catalizadores o enzimas, moléculas especiales que regulan miles de diferentes reacciones químicas que ocurren en los seres vivos.

FUNCIONES BIOLÓGICAS DE LAS PROTEÍNAS

Función enzimática. La gran mayoría de las reacciones metabólicas tienen lugar gracias a la presencia de un catalizador de naturaleza proteica específico para cada reacción. Estos biocatalizadores reciben el nombre de enzimas. La gran mayoría de las proteínas son enzimas.
Función hormonal. Las hormonas son sustancias producidas por una célula y que una vez secretadas ejercen su acción sobre otras células dotadas de un receptor adecuado. Algunas hormonas son de naturaleza proteica, como la insulina y el glucagón (que regulan los niveles de glucosa en sangre) o las hormonas segregadas por la hipófisis como la hormona del crecimiento, o la calcitonina (que regula el metabolismo del calcio), pero existen hormonas que no son proteínas (las hormonas sexuales y las hormonas producidas por la tiroides, entre otras).
Reconocimiento de señales químicas. La superficie celular alberga un gran número de proteínas encargadas del reconocimiento de compuestos químicos de muy diverso tipo: receptores de hormonas, de neurotransmisores, de anticuerpos, etc. En muchos casos, los ligandos que reconoce el receptor (hormonas y neurotransmisores) son también de naturaleza proteica y en otros casos son organismos (bacterias, virus).
Función de transporte. En los seres vivos son esenciales los fenómenos de transporte, bien para llevar una molécula hidrofóbica a través de un medio acuoso (transporte de oxígeno o lípidos a través de la sangre) o bien para transportar moléculas polares a través de barreras hidrofóbicas (transporte a través de la membrana plasmática). Los transportadores biológicos son siempre proteínas.
Función estructural. Las células poseen un citoesqueleto de naturaleza proteica que constituye un armazón alrededor del cual se organizan todos sus componentes, y que dirige fenómenos tan importantes como el transporte intracelular o la división celular. Por otra parte en los tejidos de sostén (conjuntivo, óseo, cartilaginoso) de los vertebrados, las fibras de colágeno (una proteína fibrosa) forman parte importante de la matriz extracelular y son las encargadas de conferir resistencia mecánica tanto a la tracción como a la compresión.
Función de defensa. La propiedad fundamental de los mecanismos de defensa es la de discriminar lo propio de lo extraño. En bacterias, una serie de proteínas llamadas endonucleasas de restricción se encargan de identificar y destruir aquellas moléculas de ADN que no identifica como propias. En los vertebrados superiores, las inmunoglobulinas (anticuerpos) se encargan de reconocer moléculas u organismos extraños y se unen a ellos para facilitar su destrucción por las células del sistema inmunitario.
Función de movimiento. Todas las funciones de motilidad de los seres vivos están relacionadas con las proteínas. Así, la contracción del músculo resulta de la interacción entre dos proteínas, la actina y la miosina. El movimiento de la célula mediante cilios y flagelos está relacionado con las proteínas que forman los microtúbulos. En ambos casos se trata de proteínas citoesqueléticas.
Funciones de reserva. La ovoalbúmina de la clara de huevo, la lactoalbúmina de la leche, la gliadina del grano de trigo y la hordeína de la cebada constituyen una reserva de aminoácidos para el futuro desarrollo del embrión.
Funciones reguladoras. Muchas proteínas se unen al ADN y de esta forma controlan la transcripción génica. De esta forma el organismo se asegura que la célula, en todo momento, tenga todas las proteínas necesarias para desempeñar normalmente sus funciones. Las distintas fases del ciclo celular son el resultado de un complejo mecanismo de regulación desempeñado por proteínas como la ciclina.
Otras funciones. Los fenómenos de transducción (cambio en la naturaleza físico-química de señales) están mediados por proteínas. Así, durante el proceso de la visión, la rodopsina de la retina convierte (o mejor dicho, transduce) un fotón luminoso (una señal física) en un impulso nervioso (una señal eléctrica) y un receptor hormonal convierte una señal química (una hormona) en una serie de modificaciones en el estado funcional de la célula.

lunes, 2 de agosto de 2010

EL SOBREESFUERZO CONTINUO

Cuando hablamos de adelgazar en la mayoría de ocasiones lo hacemos bajo la mira de una mejora estética pero es evidente que la gordura no es sólo un problema estético sino que el exceso de kilos afecta a todo nuestro organismo.
Enfermedades como diabetes, colesterol, hipertensión... son a menudo las causantes de que el médico nos recete una dieta más o menos severa. Pero estas enfermedades no son las únicas, todo nuestro organismo se resiente y muy especialmente todo nuestro esqueleto, nuestros huesos, músculos, tendones y ligamentos, porque es nuestra osamenta la que en definitiva se ha de hacer cargo de transportar diariamente ese sobrepeso.
No hace falta llegar a tener artrosis o lesiones de rodilla, por poner algún ejemplo, para comprender el sobreesfuerzo que exigimos a nuestro cuerpo, mayor cuanto más sean los kilos que tengamos de más.
Imaginemos que cogemos una bolsa con un peso de cinco kilos y la colgamos encima nuestro. Si andamos con ella unos minutos seguro que no pasa nada y, si estamos acostumbrados a acarrearla, nuestra musculatura tal vez se habrá ido poco a poco reforzando...
Sin embargo, es fácil deducir que nuestra espalda y nuestras rodillas se resentirán antes o después.
Hemos puesto el supuesto de cinco kilos pero éstos pueden ser 10, 20... así que el sacrificio será mayor. Es lógico pensar que cuanto mayor sea ese peso, más nos cuesta moverlo y antes nos cansamos. Entonces empieza el círculo vicioso: no nos movemos pero comemos igual o aún más, engordamos más... esa musculatura estará cada vez más flácida y tendremos más dificultades y menos ganas de movernos.
Seguro que con el tiempo tendremos posibilidad de reincidir en algunos de estos aspectos, hoy sólo será un escueto apunte, pero si visitamos la página de un centro especialista en traumatología como la clínica VistaHermosa (TRAUMAVIST, especialistas en lesiones de rodilla, osteoporosis y su tratamiento, artrosis, pie y tobillo) podremos leer que el exceso de peso agravan enfermedades como la artrosis de rodilla o el lumbago, en este último caso se agregaría también la falta de musculatura abdominal y ciertos hábitos posturales