martes, 30 de agosto de 2011

ÚLTIMAS INVESTIGACIONES RELACIONADAS CON LA SUPRESIÓN DEL APETITO

Un estudio publicado en en Journal of Clinical Investigation, basado en un estudio realizado por la Universidad Thomas Jefferson, apuesta porque el receptor hormonal guanilato ciclasa C podría ayudar en la lucha contra la obesidad ya que modificaba la sensación de hambre en los ratones, además de actuar como supresor en tumores de cáncer del rector y colon.
Como podemos leer en la página de el diario médico, en la investigación trabajaban con dos grupos de ratones, unos deficientes y otros no.
Cuando los ratones ingerían la comida, descubrieron que el intestino liberaba hormonas en el torrente sanguíneo, no sólo dentro del intestino, sino también hasta el cerebro, donde los receptores hormonales fueron provocados.
Los ratones que eran deficientes en esta hormona no recibían el mensaje conforme el estómago estaba lleno y no dejaban de comer.
Aunque es muy pronto para concluir nada, el estudio podría dar a comprender que sería posible que las personas obesas no tengan el receptor o las suficientes hormonas para activarlo.

Otro de los artículos publicados también en diariomédico sobre otra investigación llevada a cabo la facultad de medicina de Yale (Estados Unidos) y publicado en Nature Medicine, nos habla de que según las investigaciones, la elevación en el hipotálamo de niveles de radicales libres actúan de forma directa o indirecta suprimiendo el apetito en los ratones obesos, activando las neuronas que promueve la saciedad.
Claro que por otro lado siempre hemos oído hablar de que los radicales libres afectan en nuestro organismo, dañando las células y acentuando el envejecimiento.
Se recoge en el texto que: en respuesta a un continuo exceso en la dieta, un mecanismo celular impide la generación de estos radicales libres. Mientras que este mecanismo supresor de radicales libres -promovida por el crecimiento de orgánulos intracelulares llamados peroxisomas- protege a las células contra los daños, reducirá la capacidad para sentirse saciado al comer", afirma Sabrina Diano, autora principal del estudio.
Según la investigación, después de que los ratones comieran, los niveles de leptina y glucosa subían, asimismo también lo hacían los niveles de radicales libres.


Por ahora son sólo estudios, debemos cogerlos con pinzas.
Sin embargo, me suscita una pregunta. ¿Qué alimentos son los que liberan mayor cantidad de radicales libres? Seguro que hemos oído hablar que frutas y verduras, entre otros alimentos, ayudan a combatir la oxidación de nuestras células, combaten los radicales libres, importante acción contra enfermedades como el cáncer. ¿Son realmente sacientes?
En un libro que leí se mencionaba que era preferible comer primero las proteínas antes que los hidratos de carbono ya que se conseguía saciedad con mayor rapidez que no haciéndolo al revés.
Una comida con grasa, seguro que nos guardara hartura durante más tiempo que no ingiriendo un simple gazpacho. Quizá de alguna forma guarda cierta relación con los resultados de esta investigación

domingo, 14 de agosto de 2011

LA FIBRA: ¿QUÉ MÁS DEBEMOS SABER?

  • Se considera que la cantidad ideal de fibra que se debe consumir a diarios ronda los 30 a 35 g. Cantidades mayores pueden plantear dificultades en la absorción de determinados minerales como calcio, magnesio, hierro y zinc, especialmente si hay cantidades importantes de ácido fítico, abundante en los cereales.
  • Las mucosas digestivas de niños así como en trastornos del tubo digestivo como gastritis, úlceras gastroduodenales, colitis ulcerosa y colon irritable, pueden resentirse de los efectos irritantes de la fibra.
  • Cuando consumimos la fibra en forma de caldo, jugo o agua, al presentarse de forma hidratada, aumenta la efectividad de la fibra.
    Sin embargo, como puede interferir la absorción del calcio se recomienda no consumir las con productos lácteos.
  • Algunas fibras estimulan la capacidad de concentración del rendimiento mental. Entre ellas nos encontramos la levadura de cerveza que proporciona cantidades considerables de algunas de las vitaminas del grupo B, el germen de trigo que es la parte del grano donde se concentran micronutrientes como la vitamina E, y la lecitina que favorece al sistema nervioso, cerebro y la memoria.
  • Los alimentos ricos en féculas que se asimila más despacio son las legumbres y pasta. Las primeras, porque su almidón en partículas grandes y su especial contenida en fibra precisan una digestión más lenta. La pasta, porque se forma una red de gluten alrededor del almidón.
    Las pastas bien amasadas y cocinadas al dente no engordan. La explicación es que a diferencia de lo que ocurre cuando se ingieren azúcares refinados, donde el cuerpo recibe un impacto grande no sabe bien cómo manejarlo, las pastas van liberando glucosa poco a poco.
    La secreción de insulina será menos elevada.
    Tampoco debemos olvidar que el aporte energético total ingerido y un consumo elevado de grasas resultan aún más decisivos.
  • Los cardiólogos consideran la lecitina de la soja una aliada contra problemas vasculares y disminuir niveles altos de colesterol malo. La lecitina de soja emulsión a las grasas a nivel hepático para que sean absorbidas convenientemente sin generar los temidos depósitos grasos.
    Reduce el colesterol malo e incrementa el bueno, se comporta como una especie de jabón arterial que limpie y destapa las arterias. Así previene enfermedades del corazón y dolencias derivadas de la mala circulación como arterioesclerosis, hipertensión arterial o trombosis.
    Fuente: Dieta de las fibras: la fórmula anti-kilos más efectiva, duradera y natural, Escrito por Mara Iglesias
  • jueves, 11 de agosto de 2011

    BENEFICIOS DE LA FIBRA EN LA DIETA

    En el campo de la nutrición se reconoce que el papel regularizador del tránsito intestinal que tiene la fibra es nuestro organismo.
    Posteriormente se descubrió otra serie de beneficios como el que reducen el colesterol, protejan el corazón, colaboran en el control de la diabetes y previenen el cáncer. Pero además, no es algo que ahora nombremos por primera vez, se cree que ayuda a bajar de peso de una manera natural.


    Las fibras poseen un volumen capaz de triplicarse como consecuencia de la absorción de agua. Esto produce el efecto de asociarse rápidamente ya que el cerebro sabe que el estómago está ocupado y, en consecuencia, el apetito disminuye, lo que permite bajar de peso.
    Al mismo tiempo aumenta la velocidad de flujo de los alimentos ingeridos, en especial durante el tramo intestinal, con lo que se evita que los alimentos permanezcan durante mucho tiempo, con lo que también disminuye los aportes calórico de los alimentos al organismo.
    Restablecer el equilibrio entre sustancias nutritivas y fibra lo que posibilita la rápida normalización del primo del funcionamiento del aparato efectivo.
    Además, mantener una presencia constante de celulosa (un tipo de fibra) dentro del organismo no asegura un nivel bajo del colesterol malo, el tipo LDL.

    No es la primera vez que hablamos del papel de la fibra, podemos remontarnos al artículo UNA ALIADA EN NUESTRA DIETA: LA FIBRA donde además de definir los distintos tipos de fibra, ya hablábamos que la fibra podía inhibir la función de enzimas pancreáticas que colaboraban en la digestión de carbohidratos, lípidos y proteínas.

    Pero nos parece un tema lo suficientemente interesante para seguir profundizando sobre él.

    En realidad, ¿por qué son tan importantes las fibras?
    La fibra representa la porción de alimentos que no se digiere en el tracto intestinal simplemente porque el ser humano no tiene las enzimas para romper sus moléculas y, como además tienen una gran capacidad de absorber agua, se hinchan.
    Con ello lo que se consigue es que la fibra aumente el volumen de las heces, favoreciendo el movimiento intestinal (peristaltismo), y por consiguiente también tendremos una mejor y rápida evacuación.
    Una alimentación rica en fibras asegura una buena limpieza intestinal y evita el estreñimiento y todos los problemas que conlleva.
    El consumo diario debe rondar los 20 a 40 g de fibras, lo cual se obtiene mediante una dieta que incluye frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.
    Como habíamos comentado en el artículo anterior, la inclusión de fibras debe hacerse de forma paulatina de que en caso contrario puede causar inflamación en el intestino y gases.
    También dividíamos las fibras en dos grupos: indigeribles, que supondría la capa externa del vegetal y que, como su nombre indica, al no ser digeridas, aumentarían el volumen de las heces, incrementan la sensación de saciedad... y cuando se hidratan suelen encerrar en su estructura a otras moléculas que pueden ser de grasas y azúcares, de manera que retardarían y/o disminuirían la asimilación de sus nutrientes; las solubles, que influirían en el descenso del colesterol.
    BENEFICIOS DE LA FIBRA:
  • El hígado es el laboratorio del cuerpo humano, allí se producen miles de reacciones químicas. Algunas sintetizan las sales biliares que se acumulan en la vesícula biliar y que se segregan cuando comemos alimentos de todo tipo para digerirlos bien. Esta sales biliares, que necesitan colesterol para formarse, salen al intestino y permiten digerir junto con otros jugos gástricos los alimentos.
    Concluida su función, ya en el colon, será reabsorbida nuevamente y pasará al hígado a través de la sangre. Es lo que se conoce como ciclo enterohepático.
    Pero como hemos dicho, las fibras captan el colesterol de la dieta y de las sales biliares y se elimina por las heces.
    Aumentar el consumo de fibra a 30 o 35 g puede disminuir entre un 10 o un 20% los niveles de colesterol en sangre.
    El betaglucán es una fibra soluble presente en la avena, definida como fibra interna, y cuya ingesta reduce el colesterol en sangre. La acción del salvado de avena se potencia cuando sereduce el consumo de grasa y de colesterol.
    También son útiles para reducir el colesterol la goma guar y la pectina, pues inhiben la síntesis del colesterol en el hígado.
  • Al producir mayor volumen en el intestino, las fibras mejoran la evacuación y ayudan en el tratamiento y prevención de la constipación y otros problemas intestinales como hemorroides, aparición de diverticulos y el síndrome de colon irritable.
  • La hernia de hiato puede prevenirse a través del consumo adecuado de fibra.
    El aumento de la presión del abdomen causada por el estreñimiento, entre otros factores, origina la distensión del anillo del hiato, que empuja las paredes del estómago hacia el tórax. Consumir fibra incrementa la frecuencia de las deposiciones y el peso de las heces, lo que disminuye esta presión.
  • investigadores han demostrado que la goma de guar (un tipo de fibra soluble) tiene una notable aplicación de la diabetes, con lo que se logra reducir la necesidad de insulina o de otros medicamentos.
    Aseguran que reduce la velocidad de absorción intestinal de la glucosa con lo que se evita aumentos bruscos de azúcar en sangre.
    Un punto muy interesante para todas aquellas dietas que lo que evitan es que existan picos altos de glucosa.
  • Comer una dieta baja en grasas y rica en fibras, especialmente granos enteros y cereales de salvado, puede reducir la aparición del cáncer de colon.
    La fibra al aumentar la masa del contenido intestinal, además de acelerar el tránsito por el colon, diluye las sustancias químicas cancerígenas que pudieran haber. Por otro lado, se cree que una ingesta desmedida de grasas también favorece el desarrollo de cáncer de colon. Como la primera ayuda a absorber y eliminar algunos ácidos biliares, también tendría un efecto positivo desde esa perspectiva.
    Según estudios, el licopeno, que podemos encontrar en el tomate, se asocia con prevención de cáncer de pulmón y de próstata. Al contrario de lo que ocurre con otras verduras, que consideramos sus propiedades cuando están crudas, el tomate es mejor si está cocido. El calor durante la cocción favorece la liberación de licopeno desde la pared celular del tomate.
  • En la boca, para deshacer la fibra es necesario una buena masticación y de esa manera se consigue también un mayor flujo de saliva. Eso ayuda a mantener los dientes limpios de partículas de alimentos, previene la caries y reduce la incidencia de enfermedades gingivales y periodontales.

    Fuente: Dieta de las fibras: la fórmula anti-kilos más efectiva, duradera y natural, Escrito por Mara Iglesias
  • domingo, 7 de agosto de 2011

    IDEAS BÁSICAS SOBRE EL TIPO DE GRASAS

    Hemos hablado de los carbohidratos y, aunque no es la primera vez, hoy nos vamos a referir a las grasas, porque tampoco todas son iguales, algunas son saludables y otras perjudiciales.
    Seguimos tomando como referencia el libro ULTRAMETABOLISMO: UN PLAN SENCILLO PARA BAJAR DE PESO.

    Las grasas buenas comunican mensajes de salud y pérdida de peso; las grasas malas comunican mensajes insalubres que contribuyen al aumento de peso.
    Para comunicar los mensajes, las moléculas de las células grasas se unen a uno receptores especiales en el núcleo de las células llamados PPAR. Los diferentes tipos de grasas interactúan con este receptores de diferente manera. Las grasas buenas, al contrario que las malas, hacen que nuestros genes incrementen el metabolismo, ayudan a quemar grasa y evitan que se produzca una resistencia a la insulina (es una condición donde se desarrolla una tolerancia a la insulina y se produce en exceso, razón por la que se tiende a comer excesos de azúcares y carbohidratos malos). Hay que ser sensible a la insulina, no resistente a ella.
    En definitiva, más importante que la cantidad de grasa que ingerimos es el tipo de ella. Una dieta baja en grasa puede que no nos haga perder peso sino consumimos las adecuadas, las buenas, las que estimulan la pérdida de peso.
    Las grasas esenciales omega 3 son unas de las grasas buenas y que encontramos en alimentos como el pescado, semillas de linaza y las nueces, que mejoran y amplía nuestro metabolismo y promueven la pérdida de peso.
    El pescado es la base fundamental de este tipo de grasa pero, no hace mucho que salió publicado también en medios de comunicación, pescados depredadores grandes como el atún o el pez espada acumulan más cantidad de metales pesados como el mercurio, ambos altamente tóxicos, por lo que nos aconsejan mejor el consumo de pescado silvestre, incluido el salmón, los aparentes, sardinas y anchoas frescas, procurando evitar es que no haya sido criado orgánicamente.
    En la dieta mediterránea es indudable el papel fundamental que juega en aceite de oliva y que forma parte del grupo de grasas monosaturadas. El consumo de aceite de oliva reduce la inflamación, incrementa la inmunidad y contiene poderosos antioxidantes llamados fenoles. Reduce la presión arterial y el azúcar en sangre, baja el colesterol y «adelgazar la sangre», se recoge en el libro
    Además no cuenta con efectos adversos que se asocian a grasas saturadas, grasas trans o los aceites vegetales poliinsaturados Omega 6.
    Algunos ejemplos de alimentos con grasas monosaturadas son, además del aceite de oliva, las avellanas, las almendras, nueces de Brasil, castañas, aguacate, semillas de sésamo y de calabaza.

    Pero en este libro también nos aporta una visión algo diferente a la de otros autores. Se nos dice que aunque muchas de las grasas saturadas son malas, dado sus efectos en el colesterol LDL, alguna es buena.
    Las glándulas mamarias humanas producen muchas grasas saturadas que son necesarias para el crecimiento y el desarrollo del niño. El cerebro humano está compuesto de grasa en el 60%, incluidas una grasa saturada especial llamada ácido laurico, grasa que se encuentra en la leche materna y que ayuda a incrementar la función inmune y a matar virus y hongos, y grasas omega 3. Estos grasas forman parte de las membranas de las células y se utilizan como fuente principal de energía para las células del corazón.
    Debemos reducir las fuentes de grasa procedente de carne, cerdo, Cordero... y aunque el consumo debe ser mínimo, no superior al 5% del total de calorías, nos aconsejan el consumo de fuentes altas en ácido laurico como son los productos derivados del coco.

    En pequeñas dosis, necesitamos un grasas poliinsaturadas sin refinar omega 6, que podemos encontrar en él la aceite de semilla de uva, aceite de girasol, aceite de sésamo o ajonjolí... el problema es que la mayoría de productos que podemos conseguir por ejemplo bajo la denominación de aceites vegetales, maíz, soja... son refinados y no favorables.

    Un error de percepción común es que los huevos contienen mucha grasa saturada. El huevo promedio sólo tiene 2 g y los nuevos huevos Omega 3 tienen menor cantidad. Los huevos contienen colesterol, sin embargo, la cantidad de colesterol en los alimentos están mínima que no tiene efectos significativos en su colesterol sanguíneo. Los huevos son una buena fuente de proteína sino somos alérgicos. Otro ejemplo, los mariscos también tienen colesterol pero mínima grasa saturada.
    COMER COLESTEROL NO LE INCREMENTA EL COLESTEROL, el colesterol en la sangre se crea a partir de grasas saturadas y azúcares o carbohidratos refinados.

    Entre las grasas más peligrosas nos encontramos las elaboradas por el hombre: son las falsas "grasas trans" o grasas parcialmente hidrogenadas.
    Estos grasas se obtienen cuando se añade hidrógeno al aceite vegetal para convertirlo en una grasa más sólida y la encontramos en la manteca vegetal, algunas margarinas, dulces, alimentos fritos, alimentos horneados, alimentos en paquetes, aderezos de ensalada y otros elementos procesados.
    Según se recoge en el libro, son tóxicos, bloquean el metabolismo, hacen aumentar de peso y también aumentan el riesgo de diabetes, enfermedad coronaria y cáncer.
    Se encuentran en casi todos los alimentos procesados u horneados porque nunca se dañan, no se vuelven rancias como la mantequilla o el aceite vegetal normal. Deberíamos no consumirlos.


    Tomamos como fuente el libro ULTRAMETABOLISMO/ULTRAMETABOLISM: UN PLAN SENCILLO PARA BAJAR DE PESO AUTOMÁTICAMENTE escrito por Mark Hyman, Maria Candelaria Posada

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